El baloncesto es uno de esos deportes que se pueden empezar a practicar desde las edades más tempranas. Una de sus mayores ventajas respecto a otros deportes es que se puede jugar tanto al aire libre como en una pista cubierta, por lo que el invierno o el mal tiempo no es obstáculo para que los niños sigan jugando.

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Pero además, el baloncesto aporta muchos beneficios físicos a los niños, como:

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- Una mejor coordinación.

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- Una mayor concentración y una espectacular rapidez de reflejos.

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- También desarrolla la agilidad y las habilidades locomotrices además de aportar   una gran resistencia.

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- Como todos los deportes infantiles, el baloncesto cuida y protege el sistema     cardiovascular y mejora la resistencia muscular.